Un aroma me detuvo
en las calles al pasar
-¿"Flor de campo, suave brisa?"-
El olor de Montserrat.
¡Vaya ninfa! ¡Sueño diurno!
Tiene encantos y bondad,
ojos grandes y serenos
y la piel color de mar...
...y del mar es su perfume:
fresco, suave, sin igual.
No hay mujer que se compare.
Par no tiene ni tendrá.
Una diosa me parece
por su luz y claridad...
y es tan triste pues la diosa
a un mortal nunca amará...
...aunque, dice que me quiere:
yo le creo sin dudar.
Es tan mía y yo tan suyo
que me siento un inmortal.
II
Montserrat y su sonrisa,
su sonrisa de cristal,
son hechizos simultáneos,
luz y pura claridad;
Como invierno y primavera
-dulce sueño matinal-
se suceden en el tiempo:
Es la Aurora al despertar.
Montserrat no se lamenta,
se desviste, busca paz;
sólo llueve y se desborda:
mar que nunca cesará.
Es la calma de los bosques,
fuerza libre del azar.
La frescura de los ríos
tiene el nombre Montserrat.
Me susurra desde lejos
y su voz la trae el mar.
Es oráculo confuso:
"Montserrat renacerá".
II
Montserrat y su sonrisa,
su sonrisa de cristal,
son hechizos simultáneos,
luz y pura claridad;
Como invierno y primavera
-dulce sueño matinal-
se suceden en el tiempo:
Es la Aurora al despertar.
Montserrat no se lamenta,
se desviste, busca paz;
sólo llueve y se desborda:
mar que nunca cesará.
Es la calma de los bosques,
fuerza libre del azar.
La frescura de los ríos
tiene el nombre Montserrat.
Me susurra desde lejos
y su voz la trae el mar.
Es oráculo confuso:
"Montserrat renacerá".